Llorando dice que no
que no queda nada
que nada en la nada
y llorando se moja
se enoja
se pone furiosa y roja
Esperando la carroza
que roza sus rosas rosa
la pena le llora y llorando se moja
Ya no hay viajes en carroza ni rosas rojas
Llorando que no queda nada
que nada en la nada se pone furiosa
roja la sangre saliendo de ella la moja
dejando una mancha roja
Entonces ya no llora
y riendo dice que si
que lo tiene todo, incluso el tiempo.
Se le antoja decir que si riendo
Con una rosa roja en el pelo
contenta silvando y bailando se va.
Y al rato vuelve llorando.
Una lección de calma
-
La vinculación entre poesía y filosofía se remonta a hace más de
veinticinco siglos con Parménides, autor de una única obra, un poema
filosófico -*Sobr...
Hace 19 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario